gallery

MUSICOTERAPIA Y/O PSICOLOGÍA
Talleres de Crecimiento Personal
Intervención Familiar
Problemas de Pareja
Para tod@s: Menores y Adultos
Niños, Niñas y Adolescentes víctimas de violencia
Estimulación Temprana
Trauma
Desarrollo e Inteligencia Emocional
Autismo
Déficit de Atención
Trastorno del Desarrollo
Dificultades de Aprendizaje y Técnicas de Estudio
jQuery Slider

¿Por qué Musicoterapia?

La música nos entretiene, la música nos acompaña, la música nos comunica, la música nos define, nos identifica.  Pero sobre todo, la música nos emociona.

En esa esencia musical que va dentro de toda persona, en cada una de nuestras experiencias musicales a lo largo de la vida,  escuchando, cantando, bailando o creando, se asienta la Musicoterapia.

Ciencia basada en arte, arte apoyado en ciencia y entendido como expresión emocional y medio comunicacional, con la particular fortaleza de ser capaz de alcanzar a tod@s, pues...¿Quién resiste impasible ante la música?

La música del corazón

Terry Woodford es un músico de 75 años, especializado en música canina. Sí, has oído bien, música para perros. Sin embargo, su música no siempre fue así. Inicialmente, Terry fue un productor musical de éxito, con su propio estudio de grabación. Un encargo en los años 80 dió a su vida un giro radical: le pidieron crear composiciones musicales capaces de calmar a los bebés de una guardería, disminuyendo sus lloros y ansiedad. Poco después, tras corroborar los efectos positivos que esta innovadora técnica tenía en los menores que la escuchaban,algunos hospitales de neonatos e EEUU quisieron probarla. El personal sanitario reportó observaciones similares a las de las guarderías. 

No tardaron en hacerse llegar solicitudes de centros de acogida caninos y perreras, emocionados con la idea de que dicha música pudiera calmar los llantos y lamentos de cientos de perros abandonados sufriendo en soledad. Los beneficios obtenidos sorprendieron incluso al escéptico Terry, que nunca habría imaginado esta aplicación de sus composiciones. En este vídeo se observa cómo los peludos de un refugio se van calmando progresivamente al escuchar las "nanas".

Para Terry, la clave musical que genera dicha calma y reducción del estrés se basa en: "Arreglos repetitivos y predecibles de melodías simples cantadas por voces humanas compasivas combinadas con el sonido de un latido del corazón humano familiar".

He aquí una prueba más de que la música va directa al corazón, pero esta vez no sólo en el plano emocional sino en el meramente fisiológico. También se ha estudiado el efecto contrario,  es decir, cómo un determinado ritmo puede acelerar nuestro ritmo cardíaco, contribuyendo por ejemplo, a ponernos a tono antes de una competición. En mi capítulo del libro "Avances en psicología del deporte", coordinado por Alejo García-Naveira, he detallado cómo la música puede ayudar a mejorar el rendimiento deportivo, atendiendo a todas las investigaciones realizadas al respecto a nivel mundial con el paso del tiempo.

Elegir algunas músicas en determinados momentos ayuda a activar el cuerpo y nos predispone para actividades de alta intensidad, mientras que otro tipo de ritmos conllevan una bajada de la frecuencia cardíaca y por tanto mayor relajación. 

Por lo tanto,  "Asegúrate de que tus músicas estén siempre en equilibrio

con tu corazón".


El baile de la vida


 https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/564x/47/7a/fe/477afe017c646351c26ec1fcb4b38d2d.jpg
No puedo dejar de escuchar esa música...¿Cuántas melodías habré oído a lo largo del día? Probablemente muchas: las canciones de los anuncios, la radio, la sintonía que anticipa la llegada del tren... Pero únicamente ésa me ha erizado la piel y me ha acelerado el corazón. 
No sucede tan a menudo, pero de cuando en cuando aparecen agentes externos que de alguna forma conectan con la parte más íntima y profunda de nuestro ser: te hacen vibrar sintiendo que ése es exactamente el lugar en el que debes estar. Puede ser una canciòn, o un espacio en la naturaleza o tal vez una persona que inexplicablemente camina a tu lado en una silenciosa sintonía.
No sabría precisar con cuántas personas he bailado a lo largo de la vida, ni siquiera podría realizar un cálculo estimado al respecto. Lo que sí recuerdo nítidamente en mi memoria son esos momentos especiales y personas con las que he sentido un entendimiento pleno, sensación que frecuentemente concluye cuando termina el baile.
Hablo de una conexión irracional que nada tiene que ver con el nivel ni la técnica de la danza. Y el concepto de baile puede usarse de un modo metafórico y ampliarse a otros aspectos de la vida.
Son esas "mariposas en el estómago"que algunos llaman amor. Hay quién le dice "química" mientras las mentes más analíticas y científicas buscarán explicaciones en la relación del sistema límbico neurológico con la música y la regulación emocional.

Yo prefiero verlo como el motor que nos impulsa, nuestra fuente de energía; porque esas pequeñas o grandes conexiones son las que me mueven y me guían, señalando con su luz el buen camino y haciéndome sentir que formo parte de un "todo".

Después de ejercer durante años como terapeuta he observado que existe un miedo compartido por much@s: miedo a escuchar la música.
Pero no la música que yo pudiera ofrecer como terapeuta, sino la música que viene de dentro, ésa que te hace vibrar y sentir vivo, la que te ayuda a tomar decisiones basadas en tu yo interior.

Creo firmemente que hay dos pautas importantes a seguir para poder vivir en paz con uno mismo:
Aprender a escuchar la propia música y reconocer valientemente el final, evitando los torpes intentos de alargar el baile cuando la música ha cesado.

Coincidir, ese lujo; Conectar, ese milagro...

Dulce introducción al caos




 

Siempre me ha parecido tan acertado este título de Extremo Duro... Considero que encierra un principio fundamental para la vida. El caos, siempre acompañado de una connotación negativa se torna en este caso "dulce", optimista. Y es que así es como debería interpretarse. 

Es frecuente en musicoterapia que las personas a las que se les pide improvisar musicalmente por primera vez muestren firmes resistencias: "Es que no sé tocar", "Va a sonar mal", "Me da vergüenza"...

Las primeras creaciones musicales aparecen a menudo en forma de conversaciones ordenadas; adoptan un rol discreto tratando de camuflar su expresión personal e idiosincrática detrás de ritmos aprendidos carentes de significado, o propuestos por otros. Melodías vacías que no dicen nada...

No es hasta que las personas se abandonan al caos cuando resurgen en ellas estructuras creadoras que aportan nuevas perspectivas. Quizá "suene mal" en relación a lo que el mundo considera estético, pero tan sólo así podemos escucharnos y expresarnos por encima del resto. 


A lo largo de la vida tendemos también a esconder nuestros caos detrás de ritmos ya establecidos, silenciando nuestras emociones, que siempre sabias nos guían por el buen camino indicándonos cuando hemos desatendido nuestras necesidades emocionales. 

Relaciones mantenidas en el tiempo sólo porque el ritmo social así lo impone, trabajos desgastantes para no bajar el ritmo de vida autoimpuesto o inducido desde que nacemos, vidas sin pasión justificadas por una falsa obligatoriedad de cubrir necesidades, que, al igual que aquellas melodías, nada tienen que ver con nuestro "yo". 

Así pues, dejemos espacio al caos, confiando en que en nuestro interior, siempre habrá una sabiduría innata que resurgirá para reestablecer algún tipo de orden, probablemente diferente al anterior. 
¿Será por esto que Extremo Duro titula el álbum "La Ley innata"? Quizás eso explica la cita de Cicerón en su portada "Est enim iudices haec non scripta sed nata lex quam non didicimus accepimus legimus uerum ex natura ipsa arripuimus hausimus expressimus ad quam non docti sed facti non instituti sed imbuti sumus".

 "En efecto existe, jueces, una ley no escrita, sino innata, la cual no hemos aprendido, heredado, leído sino que de la naturaleza hemos tomado, extraído, exprimido, para la que no hemos sido educados, sino hechos, y para la que no hemos sido instruidos, sino impregnados".


Taller en Grupo Laberinto


El pasado viernes día 5 visité Grupo Laberinto. Fue un verdadero placer impartir un taller teórico- práctico de Musicoterapia en un lugar tan dinámico, rodeada de buenos profesionales. 

¡¡Gracias por la oportunidad y también por la participación de todos los asistentes!!

Le gusta la música, le gusta bailar

Le gusta la música, le gusta bailar, pero no sabe de música ni de baile; no lee pentagramas y sus pies no siguen ningún patrón rítmico establecido.

"Ojalá hubiera aprendido a tocar algún instrumento de pequeña"- se lamenta- "Siempre quise saber bailar".

Pero ella canta, tararea melodías inventadas, y baila meciendo su cuerpo a ritmo de cuaquier música. Lejos de cánones estéticos y exigencias técnicas disfruta cada sonido, siente cada compás...

Y ésta es la base de la Musicoterapia. Porque la música nos viene de dentro, aunque tratemos de domesticar ese impulso musical después, con clases y estructuras rígidas. Responde a una necesidad de expresar, en ocasiones, lo que no se puede expresar con palabras.

Ella ya tiene su propia música. Ella sí sabe bailar.